(Por Mónica Gómez)
Bajo la iniciativa Puertas Abiertas, la sede INTA Cerro Azul, situada a 16 km de Alem y a 12 km de Cerro Azul en Misiones, desde hace 2 meses recibe a contingentes de estudiantes universitarios y de las escuelas agrotécnicas con el propósito de afianzar los lazos con las comunidades, promoviendo la articulación entre la sociedad y el Instituto. Son 90 los trabajadores de la Estación Experimental Agropecuarias INTA Cerro Azul que dan vida a este gran espacio de 256h entre investigadores, técnicos, extensionistas, personal de mantenimiento como carpinteros, mecánicos y otros. Todos los días desempeñan sus tareas aportando desde las distintas áreas al desarrollo de las investigaciones productivas que ayudan a la mejora de los cultivos en la provincia.
Los resultados de este trabajo en conjunto fueron noticias de gran relevancia y tapa de diarios producto del gran avance en materia de genética y conservación de los recursos. El maíz Bautista INTA y el aumento del rinde en las plantaciones de yerba mate, fueron dos de las tantas tareas realizadas en consecuencia de la extraordinaria capacidad del personal.
“El factor humano de está Experimental es lo más valioso que tenemos, eso se debe a que contamos con personal con mucha experiencia y jóvenes con aptitudes técnicas”, reconoce el ingeniero agrónomo Horacio Babi, director de la EEA INTA Cerro Azul.
Transitando su segundo mandato como director, Horacio Babi entendió la necesidad de acercar, aún más, la institución a las comunidades vecinas. En estos dos meses fueron más de 500 las personas que llegaron para compartir experiencias y reconocer que las puertas del INTA están al servicio de todos.
Y es que la Experimental de Cerro Azul trabaja con las principales líneas de actividades agrarias rentables de la provincia: la forestal, el té, la yerba mate, la ganadera y el tabaco. Bajo el mismo eje de investigación circulan además otras disciplinas como la avícola, la frutihortícola y dos áreas con una gran importancia como lo son la Estación de Agrometeorología y la de reconocimiento de suelo. Todas estas se exponen para los visitantes con el fin de interiorizarse sobre las tareas y avances en materia de investigación. Al finalizar el recorrido se vuelven maravillados con cada rincón de los diversos sectores de los distintos proyectos.
El corazón de la experimental es el laboratorio de suelo, agua y vegetal, donde el análisis es la columna vertebral del trabajo que realizan los investigadores. El espacio en el que conviven tubos de ensayos, probetas, mecheros y muestras de suelos o plantines se mantiene como un servicio de alta complejidad “El objetivo es que el análisis de suelo sea una herramienta para los productores: hay que formar conciencia que estas prácticas son necesarias para el manejo adecuado del recurso”, explica Barbara Iwasita, bromatologa de este sector.
El grupo que está conformado para el recibimiento de los estudiantes se divide por áreas de demostraciones y los alumnos que llegan recorren las instalaciones y el trabajo de la Experimental. José Olinuck es uno de los responsables de las demostraciones: el 3 de enero próximo cumple 35 años en el sector de agrometeorología. Poco a poco se está despidiendo de cada una de sus herramientas de medición y comenta que en sus comienzos no tenía conocimientos del tema y al final terminó siendo un apasionado de esta disciplina; el conocimiento que José adquirió con el tiempo le desborda por los poros. En su explicación todavía se lo ve maravillado por las precisiones que le da cada uno de los elementos automáticos o convencionales que registran los diferentes fenómenos meteorológicos. Tal es así que cuando habla de la fiel veleta de viento, reconoce que no hay nada igual como ese “viejo y conocido” dispositivo: “Contamos con una red muy amplia de estaciones agrometeorológicas, la información es muy importante por la influencia que tiene y es por ello que tenemos 50 estaciones convencionales y seis automáticas en toda la provincia”, menciona.
El ingeniero agrónomo Lucas Hopechek,es parte del proyecto de digitalización de Mapa de Suelos. Con 24 años explica a los visitantes sobre las diversas tareas que se realizan a partir de la cartografía del suelo a través de las calicatas, donde los visitantes pueden conocer cómo los ingenieros realizan sus observaciones y tomas de muestra.
“El 95 %de la producción se hace en el suelo, conocerlo y saber manejarlo es clave”, explica Lucas, recientemente incorporado en el equipo de Cerro Azul.
Una de las premisas de esta Estación es la de acercar a los productores semillas con un componente genético de calidad y es por ello que desde el sector yerba mate las demostraciones se realizan a campo. En las plantaciones los arbustos se pueden ver marcados: Federico Enriquez Wasylov es quien da la clase sobre la ecofisiología de la planta. El joven ingeniero agrónomo busca el desarrollo de los eventos que le ocurren a la planta de yerba mate. Allí los conduce a los visitantes donde con mucho entusiasmo les explica sobre estudio fenológico “lo realice como tesis, dibuje a mano alzada sobre la brotación y la reproducción de los futuros cruzamientos y la evaluación de la planta para que haya un registro bibliográfico. Para tenerlo como base del mejoramiento genético de la planta”, comenta Federico.
Continuando con esa premisa, otro de los sectores de demostración son los invernaderos y el galpón avícola, donde Gabriel Gomez está encargado del sector y es uno de los referentes en la zona sobre esta producción. “Las máquinas incubadoras donde los pollitos rompen el cascarón están las 24 horas del día prendidas y es por ello que él debe estar al pendiente en todo momento”, explica el técnico Facundo Morel. Y continúa: “el Huerto Semillero es una forma de acercar a todos los productores a variedades de plantines con características superiores, promocionando las Buenas Prácticas Agrícolas. Los asesoramos para que la materia prima que obtienen desde la Experimental sea con un excelente rinde”.
“Trabajamos con una mirada hacia la sustentabilidad, aunque entre los pequeños productores y las grandes empresas se produce una gran diferencia por el tipo de explotación. Así que para todos es un desafío dado que investigamos y promovemos el mejoramiento de los cultivos para la especificidad y eficiencia de los productos rentables que crecen en la tierra misionera”, concluye Horacio Babi, director de la EEA INTA Cerro Azul.
