El Gobierno viene aplazando la aplicación de los aumentos en el componente impositivo de los hidrocarburos para evitar un nuevo incremento en el surtidor. Según los especialistas, dicha práctica hace correr el riesgo de un impacto negativo inesperado al momento de sincerar los precios.
Afirman que la postergación sostenida de la actualización en los impuestos a los combustibles, se constituyó una “verdadera bomba de tiempo”.
De acuerdo al último decreto que regula las variaciones de los impuestos definidos en el mercado de combustibles, a partir del primero de septiembre los precios en el surtidor deberían incrementarse por el acomodamiento del componente impositivo.
La normativa del Poder Ejecutivo estableció que a partir del primero de septiembre, se implementarían las actualizaciones del impuesto a los combustibles líquidos e impuesto (ICL) al dióxido de carbono (IDL), correspondiente a al primer, segundo, tercer y cuarto trimestres calendario del año 2021, y al primero del año 2022.
Según el INDEC, en el primer trimestre 2022 la inflación registrada ascendió al 15,3 por ciento. Ajustando el componente impositivo, los aumentos en naftas deberían haber sido en aquel momento, de $19,42, representando 16 por ciento al consumidor y para el gasoil, de un $21,37, representando un 19 por ciento.
Al respecto el licenciado en administración y especialista en combustibles Cristian Bergmann, comentó a que la postergación sostenida de la actualización en los impuestos a los combustibles, se constituyó una “verdadera bomba de tiempo y un grave problema político”.
“Los atrasos en el componente impositivo llevan 15 meses consecutivos, generando un grave perjuicio al erario público, más aún en el contexto de restricciones de ingresos que presenta el Estado Nacional”, apuntó el especialista.
También mencionó como dato relevante, que en función de lo establecido en el Título III de la Ley 23.966, los ajustes tributarios dependen del grado de corte del BIO en el combustible, que al estar exentos, pueden incrementar o disminuir el impacto de la carga impositiva.
Bergmann concluyó que el impuesto acumula un retraso del 66,2 por ciento respecto de la carga tributaria prevista en la ley y afirmó que de aplicarse dicha actualización, el litro de combustible a nivel minorista redondearía un promedio de entre el 16 y 19 por ciento final. (Fuente: Surtidores)