Para los que provienen de contextos con menos privaciones esa cifra se invierte.
El Índice de Contexto Social de la Educación (ICSE) ha revelado que el 62,5% de los alumnos con menos recursos económicos no termina la escuela secundaria en tiempo y forma. El ICSE diferencia tres categorías basadas en el acceso a vivienda, agua, saneamiento, educación de los adultos de la familia y economía del hogar.
A medida que las necesidades se incrementan, el nivel de finalización cae en escuelas públicas. En el contexto de privación bajo/medio, llega a tiempo el 63,3%, en el alto el 48,4% y en el crítico tan solo el 37,5%. Es decir, el 62,5% de los alumnos más pobres no termina la secundaria cuando debería.
«Las necesidades socioeconómicas, el embarazo adolescente y el no encontrarle un sentido al esfuerzo, son los principales factores que motivan el abandono«, aseguró Marcelo Miniati, director ejecutivo de Cimientos, una fundación que brinda becas y ayuda a chicos que lo requieren.
Pero también se encuentran diferencias entre las provincias. Por citar un ejemplo, la ciudad de Buenos Aires tiene un valor de terminalidad de 79,7% mientras que en Santiago del Estero la cifra se ubica por abajo del 50%. En cuanto al territorio, en los sectores rurales sólo terminan a tiempo 4 de cada 10 alumnos.
Para combatir estas desigualdades, a fines del 2017, los ministros de educación aprobaron una reforma a la escuela media. Durante noviembre cada provincia deberá presentar un plan de adecuamiento a la “Secundaria 2030”, que se implementará desde 2019 y tendrá que estar en todo el país en 2025.