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jueves, 9 mayo, 2024

Charla técnica de semillas y su marco regulatorio a cargo de Silvana Babbitt, presidenta del Instituto Nacional de Semillas

(por Mónica Gómez)

El lunes 31 de julio, por el canal de Youtube de Mujeres Rurales Argentinas a las 19 horas, tendrá lugar la charla técnica de “Semillas y su marco regulatorio” a cargo de Silvina Babbitt, presidenta del Instituto Nacional de Semillas, docente y feminista.

El INASE, perteneciente a la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación fue creado por un decreto en 1991, con el objetivo de promover una eficiente actividad de producción y comercialización de las semillas; y a lo largo de su historia, ella, es la segunda mujer en presidir el organismo. “Desde ese momento el INASE siempre contó con una fuerte presencia femenina en los cargos directivos o de coordinación. Aun así, por muchos años fui inspectora y a los varones productores les costaba someterse a los controles por ser mujer”, reconoce.

Las desigualdades entre los géneros siempre estuvieron presentes y en este tiempo, donde las mujeres alcanzan puestos de toma de decisiones, se puede llegar a cambios profundos. Es por eso que Silvana, luego de haber transitado 15 años como jefa de la oficina de San Pedro, fue convocada en 2021 como Directora Nacional hasta asumir la presidencia del organismo en 2022. Con una mirada disruptiva y feminista, propuso cambios que acompañan al panorama actual, proyectando consolidar un instituto plural y diverso: “El INASE es como mi familia. Lo conozco hace 22 años, sé lo que hay que hacer y lo que no, en todo el país. Siendo jefa en San Pedro fui Coordinadora Nacional de viveros de cítricos, viajé mucho a Entre Ríos, Tucumán, Corrientes y toda la zona norte. Puedo equivocarme, pero conozco el territorio y la institución”, sostiene.

En relación a cómo llegó al mundo agropecuario, sin ningún lazo familiar o histórico con el campo, Silvana no puede dejar de mencionar a su esposo: “Soy primera generación de profesionales en mi familia, mamá trabajaba en la casa y mi viejo era empleado de una fábrica. Éramos de Capital Federal, del barrio de Flores. Entonces estudiando ingeniería me enamoré de él siendo profesor, y para “conquistarlo”, ingresé a la cátedra de Fitopatología, donde era docente en la Facultad de Agronomía de Buenos Aires. Después me encantaron las clases y me sumé a la cátedra, tanto, que en septiembre de este año voy a cumplir 35 años de docencia en fitopatología”, comenta.

Otra de las pasiones que adoptó gracias a su marido, fue el arraigo a la ciudad de San Pedro, en la provincia de Buenos Aires, localidad de donde él es oriundo. En el 2004, durante la presidencia del INASE del ingeniero Oscar Costamagna, proveniente del INTA, entidad con un carácter de presencia en todo el territorio, se abrieron oficinas del INASE en distintas partes del país. Debido a que esta entidad solo contaba con una en Capital Federal, Silvana presentó un proyecto para armar una delegación en San Pedro: “Le pregunté si no pensaba abrir una oficina, porque hay muchos viveros para controlar; incluso presenté un trabajo territorial para convencerlos. Así fue que el 20 de octubre de ese mismo año, me llamaron diciéndome: el presidente te quiere abriendo la oficina de San Pedro en febrero de 2005. Entonces me fui con mis hijas chicas y desde ese momento vivimos allí las tres, porque mi esposo todavía daba clases e iba solo los fines de semana, hasta que se jubiló”, recuerda.

A simple vista, Silvana es una mujer fuerte y aguerrida, pero con su sonrisa y simpleza instantánea aflora una cercanía genuina y generosa hacia sus pares. “Muchos decían que llegué al puesto de jefa porque estaba casada con un sampedrino y yo les contestaba: estoy acá por mi trabajo y voy a ejercer el poder de policía, esté casada o no”. Y continúa: “Cuando me hice cargo de las oficinas regionales en San Pedro éramos solo dos mujeres y luego se sumó una más; hoy, muy a mi pesar, no hay ninguna oficina con jefa mujer. Tan molesta me tiene la situación que expliqué que no se va a abrir una oficina más, a menos que no haya una mujer que ocupe el puesto”, dice.

Si bien ella reconoce que desde chica tuvo una educación libre gracias a sus padres, aprendió mucho más de la mano de sus dos hijas que se dedican al arte, militantes de la lucha feminista y del colectivo LGBTQ: “ellas me llevaron a mí a transitar un montón de cambios. Si bien soy católica practicante, cuando me jubile mi deseo es pelearla desde adentro del ámbito eclesial para una mayor participación femenina en la Iglesia. Replantear el rol de la mujer en el catolicismo, el celibato optativo o el colectivo LGBTQ dentro de la estructura eclesiástica. Además, en el INASE estamos implementando el cupo trans”, se entusiasma.

Con solo cruzar palabras con ella se puede reconocer a una militante con ideales y convicciones que asume con responsabilidad: “Como Argentina, como mujer, mamá, y como una ingeniera que ya obtuvo el logro más grande en su carrera profesional, me siento en la obligación de acompañar en la construcción de un país justo y soberano para las familias. Donde todos, todas y todes puedan cumplir sus sueños y que tengan el derecho a vivir en libertad”, concluye Silvana con esperanza.

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