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Nueve de Julio
viernes, 19 abril, 2024

Entrevista a Carlos Achetoni y Elvio Guía

Más allá de la elección, FAA ha sido siempre una entidad que se ha mostrado como la más combativa. ¿Cómo ven las cosas hoy?

Carlos Achetoni: Las posibilidades que tiene el campo son a futuro buenas. Pero el pequeño productor se ha desprendido de toda posibilidad de tomar rentabilidad, antes de que llegara este proceso de mejora competitiva. Y vendió en pesos con un dólar a 20, pero ahora está invirtiendo para la nueva campaña con un dólar a 40. Igual está la perspectiva de que en el futuro pueda contrarrestar, con una mejora. Tenemos un temor, para eso deberían controlar la inflación, que no diluya la mejora. No sólo para la exportación, sino también para el que produce para el mercado interno. Un producto mal pagado, a veces hasta por debajo de los costos, casi siempre en economías regionales, pero también para tamberos y productores porcinos, que después cuando ese producto llega a la góndola, el precio no refleja que se pagó barato en origen.

¿Cuántos productores hay que tienen grandes cantidades de tierras y cuántos son pequeños y medianos, en el país?

Guía: El 80 por ciento de los productores, en cantidad, produce el 20 por ciento de los cereales y oleaginosas. Y el 20 por ciento, con escala más grande, produce el otro 80.

La proporción es monstruosa…

Guía: La ecuación es tremenda. Y es tremendo que muchos de los dueños de la tierra no son productores, sino arrendatarios.

¿Por qué?

Guía: Porque no quieren tomar el riesgo de endeudarse en dólares, porque en este contexto, como decía Carlos, aunque haya mejorado la perspectiva de mediano plazo, en el mientras tanto hay dificultades. Los bancos, por ejemplo, con estos vaivenes de la economía se retiran. Y el productor no consigue financiamiento. Los bancos a veces son, como decía un amigo, “los que te dan el paragüas cuando está soleado y te lo quita cuando llueve”. Y la mayoría del financiamiento que necesitan los productores se consigue a través del sistema cooperativo. Y ese sistema cooperativo también está desfinanciado. Ese pequeño productor pasa a ser entonces prestados de servicios, para poder vivir.

¿Cuánto se le paga al tambero por litro de leche?

Guía: Entre $7 y $7,40. Y en el supermercado, el más barato en sachet está 26 pesos.

El kilo vivo de carne, ¿cuánto se paga?

Guía: Cerca de 50 pesos, aunque depende de la categoría.

¿Y hay alguna forma de controlar la cadena intermedia entre lo que sale del campo y el consumidor para que no pase más lo que pasa? ¿Cómo se hace en otros países?

Guía: Con intervención virtuosa del Estado. Lo hacen los países desarrollados lo hacen. Estados Unidos es un ejemplo. Que supuestamente es el más liberal, es el que más intervención tiene. Con ayudas, subsidios…

Sí. También tienen protección a su industria…

Achetoni: Por eso decimos del paragüas protector para cuidar esta paridad cambiaria, que es un factor determinante para que seamos baratos hacia afuera y caros hacia adentro. Para que no nos inunden de producción con productos que compiten con lo que elaboramos nosotros. Pero siempre pensando que el mercado interno es el primero que debemos satisfacer. La seguridad alimentaria nacional tiene que estar basada en garantizar acceso a los alimentos a toda la población. Para eso, debe haber precios razonables, de frutas, carnes, verduras, y otros alimentos. Lo nuestro está primero y luego sí se debe poder exportar.

Hay muchísimos países europeos que han ecperimentado esto de ferias del campo directo a la góndola. ¿Acá se puede hacer?

Guía: Sí, acá tibiamente acá hay ciudades que lo están haciendo. Pero hay que profundizarlo. Pero respecto a la cadena, también debemos decir que no es sólo la intermediación, sino el componente impositivo. Hay IVA que se superpone, o impuestos que se dan en cascada y se van sumando. Ese es otro de los problemas que tenemos para la producción en Argentina.

Achetoni: Ahí tenemos que encontrar un camino junto con los gobiernos provinciales, Nación y los municipios, para que el valor agregado no sea un componente de costos impositivos. A los productos primarios que llegan a góndola, que no tienen un proceso grande de transformación. Otros como el vino, los enlatados, que tienen un gran proceso, se les terminan superponiendo impuestos y condenando a la producción. Si nos remitimos nada más que a los productos primarios, difícilmente le demos contención a la sociedad en cuanto a generación de empleo.

Prensa

Nota Original FAA

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