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jueves, 18 abril, 2024

Bragado: Meteorólogo estuvo frente a los ojos del mundo entero

Cuando apenas era un adolescente, y recorría las redacciones y estudios de radios locales con sus informes del estado del tiempo, Sergio Jalfin no imaginaba que muchos años después, ya con 33 años y un amplio recorrido profesional, sería uno de los dos meteorólogos argentinos que cubrirían el azote del huracán Florence desde la región de Carolina del Norte en los Estados Unidos.
Tamaño privilegio, y a la vez aventura de alto riesgo, fue el corolario de una trayectoria de más de seis años en la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA, más ocho como experto en el Servicio Meteorológico Nacional y otros tantos frecuentando radios y canales de televisión de la Capital Federal para transmitir sus conocimientos.
El pasado fin de semana, estuvo de visita en Bragado, en la casa de sus padres, en donde transitó el primer tramo de su vida, y compartió varios de los momentos que dieron forma a una experiencia inolvidable. “Desde abril de 2017 estoy trabajando en América y A24, todas las mañanas en el programa que conduce Antonio Laje. Luego, sigo en la continuación de la programación, con Fernando Carnota. Es decir, que entre las 9 de la mañana y el mediodía, me pueden encontrar en la pantalla del cable”, contó, a modo de resumen de su actualidad profesional.
“Este año, desde mayo al presente, tuvimos varios eventos meteorológicos graves en el mundo. Uno de ellos, fue el huracán Florence. Argentina mandó a dos personas a cubrir: TN designó a José Bianco y América a mí. Dos personas en todo el país para cubrir un evento de escala mundial. Fue una experiencia única e increíble y había presencia de medios de todo el mundo”, rememoró.
Florence hizo estragos en cada uno de los lugares que alcanzó. Cuando los enviados especiales llegaron a la ciudad de Wilmington, en donde tendría lugar el epicentro del fenómeno, el paisaje era el de un verdadero pueblo fantasma. “Fue muy impactante ver las casas tapiadas, inscripciones por todos lados que decían ‘Pray for Wilmington’ (Recen por Wilmington). Parecía ser un pueblo preparándose para la guerra. No había nadie, habían evacuado todas las ciudades costeras. Se esperaba un huracán de categoría 4 (según la clasificación Saffir-Simpson) y si bien fue bastante menos intenso, pero se destacó por el poder de las lluvias, y por las inundaciones que causó”, describió Jalfin.
Los días transcurrieron entre la incertidumbre de si el viaje y los riesgos asumidos valdrían la pena, teniendo en cuenta que las condiciones eran completamente adversas, ya no sólo para la transmisión televisiva, sino también para la estadía en el lugar. “Fue un escenario difícil, con una zona evacuada en su totalidad, sin combustible, ni alimentos disponibles, tampoco electricidad. Fue muy complicado transmitir, la conexión iba y venía, volaban cosas por el viento y la Policía patrullaba y nos pedía que nos fuéramos, porque había toque de queda y estaba prohibido estar ahí. Se nos era muy difícil explicarles que estábamos haciendo una cobertura para Argentina”, rememoró.

Panorama sombrío

Pero todo salió bien y Jalfin pudo regresar a salvo a casa y aprovechar los días siguientes para tomarse vacaciones. No obstante, el viaje hacia el centro del huracán Florence le permitió acceder a un pantallazo de los peligros que enfrenta el planeta Tierra en los años venideros, como consecuencia del calentamiento global, acelerado por la acción humana.
“Recientemente, la ONU lanzó un dramático llamado a los líderes del mundo a frenar una posible catástrofe global a nivel climático. Todos los años, científicos del mundo se reúnen para debatir sobre el cambio climático y para definir acciones tendientes a frenar calentamiento global. En 2017, hubo un Acuerdo de París, en el que se trazó la meta de que la temperatura media global no suba más allá de un grado y medio centígrado para 2030. Sin embargo, cuando vemos las proyecciones, nos encontramos que el incremento puede ser de hasta dos o tres grados para 2050, lo que permite ver que la situación es muy alarmante”, explicó el meteorólogo bragadense.
“Si el mundo continúa por este camino, lo que vamos a encontrar son ciudades que hoy están ubicadas en las costas bajo agua. Con la suba de las temperaturas, los fenómenos meteorológicos serán más extremos, tendremos más huracanes, más tifones, más sequías, más inundaciones, más olas de calor. El nivel del agua del océano aumentará, y millones de personas deberían reubicarse, cambiaría la fisonomía de las ciudades. En pocas palabras, la alteración a nivel munidal será muy impactante”, insistió.
Con su alerta al mundo, la ONU buscó concientizar a los gobernantes sobre la necesidad de adoptar políticas tendientes a reducir la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera, como dióxido de carbono (CO2). “Se debe tender a formar ciudades más eficientes, con fuentes de energía alternativa, rever los sistemas de transporte público. En definitiva, una serie de iniciativas para retrasar el proceso al que está yendo el planeta. Algunos países lo están haciendo, pero está claro que es muy difícil”, reflexionó. Hace apenas algo más de un mes, unos pocos argentinos pudieron experimentar en cuerpo presente los efectos destructivos de un fenómeno climático en los Estados Unidos que amenaza con replicarse con frecuencia en unos pocos años más. Uno de los testigos privilegiados es bragadense.

(La voz de Bragado)

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