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sábado, 20 abril, 2024

31 de mayo – Día Mundial Sin Tabaco

(Por Dr. Silvio Payaslian (MN: 89165), Director Médico de Clínica Zabala)

El tabaquismo es la principal causa de muerte evitable en el mundo. En el caso de Argentina, si bien la prevalencia del tabaquismo presenta un descenso progresivo y sostenido desde el año 2005 -cuando se hizo la primera Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR)-, el último sondeo realizado en 2018 arrojó como resultado que el 22% de la población adulta consume tabaco.

En este sentido, se estima que el consumo promedio de 20 cigarrillos al día reduce 10 años la expectativa de vida del fumador, en comparación con la población no fumadora. Entre las causas de muerte relacionadas con el consumo de tabaco, en Argentina se destacan tres:

  • Cáncer en diversos órganos (pulmón, boca, faringe, laringe, entre los más frecuentes).
  • Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (enfisema y bronquitis crónica)
  • Enfermedad aterosclerótica (infarto de miocardio, accidente cerebrovascular y enfermedad vascular periférica).

Está demostrado que el riesgo de padecer estas enfermedades está directamente relacionado con la cantidad de tabaco consumido y la interacción entre factores genéticos y medioambientales.

El consumo de tabaco afecta tanto a la persona fumadora como a quienes lo rodean. Según la encuesta de ENFR 2018*, el 21,8% de los argentinos está expuesto al humo de tabaco ajeno en lugares de trabajo y el 25% dentro de sus hogares. Por esta razón, es importante generar conciencia acerca de los riesgos del consumo de tabaco tanto para la persona fumadora como para la no fumadora, para lograr la desnaturalización del consumo de cigarrillo en los distintos ámbitos.

Al abandonar el hábito de consumo de tabaco, los fumadores se benefician tanto por la disminución del riesgo de padecer enfermedades asociadas a su consumo como por el alivio directo en los síntomas de una enfermedad ya presente. Es decir, dejar de fumar mejora las condiciones y la expectativa de vida de aquellos pacientes que lo logran.

No existe ninguna condición física o psíquica que contraindique el abandono de tabaco, siempre es bueno dejar de fumar. En este sentido, existen dos terapias que han demostrado un claro aumento de probabilidades de abandonar el consumo de tabaco:

  • La terapia cognitivo conductual: puede ser realizada de manera individual o grupal y puede darse con intervenciones breves o intensivas.
  • La terapia farmacológica: existen hoy tres tratamientos de primera línea que han demostrado ser eficaces: la terapia de reemplazo nicotínico (en parches, chicles, pastillas, spray nasal o inhaladores bucales), el varenicline y el bupropion.

Si se combinan la terapias cognitivo conductual con un fármaco de primera línea, se aumentan las probabilidades de éxito del tratamiento.

El médico de cabecera es quien puede aconsejar al paciente fumador brindándole el apoyo y la terapia necesaria para lograr dejar esta adicción devastadora, que cobra la vida de 44.000 argentinos por año.

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